Descabellado

2023-03-16 16:28:12 By : Ms. Eileen Bai

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Generalizar tiene sus bemoles, puede acarrear consecuencias absurdas, poco prácticas, lesivas, idiotas. Extender la regla de tres simple conduce a algo sin sentido, impráctico, imposible. Por ejemplo: si un obrero levanta una barda en 24 horas, entonces 86,400 obreros [el resultado de multiplicar 60 (segundos) x60 (minutos) x 24(horas)] la edificarán exactamente en un segundo, ¿no es así? Si el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que se desentendió de argumentos científicos y deportivos, hubiese extendido la autorización que concedió a Oscar Pistorius, al maratón, habría eclipsado la grandeza del keniano Eliud Kipchoge y muchos otros atletas. Fue una interpretación muy torcida del espíritu de los derechos humanos. En atletismo no se permite el empleo de mecanismos. El récord de Kipchoge es de 2 horas 1 minuto y 9 segundos en los 42,195 m. En la misma distancia los atletas paralímpicos aventajan en más de media hora al keniano; recorren la distancia en menos de 1 hora con 30 minutos. Las tribulaciones de la agraciada nadadora estadunidense Riley Gaines plantean un potencial y descabellado absurdo. Recordarán que la National Collegiate Athletic Association autorizó al transgénero Lia Thomas a competir contra mujeres. Y que fue más allá, lo facultó a emplear el vestuario de las mujeres. Fue una situación de lo más incómoda, dijo Gaines “ver en el vestuario a un hombre mirándote cómo te desvestías mientras él se desnudaba”. Se les obligó a compartir el vestidor con un hombre de 22 años, 1.90 m de estatura, que aún mantenía los genitales masculinos. Se mezclan varios aspectos de carácter ético, moral, de salud mental. Si Thomas, muy fiel al cumplimiento de las órdenes de los organismos rectores, con el estólido razonamiento de la NCAA, puede entrar al baño de mujeres, sólo existe una fina línea divisoria para que entre cuando lo estén empleando las niñas. Acaso sea harto evidente que se genera una confusión de valores. El COI y las FI deben estudiar esta situación y tomar medidas. En un núcleo podrido en interpretaciones puede ser lo más natural. Hemos dicho: crear una Federación Transgénero. No insisto en las enormes ventajas biológicas del transgénero sobre las mujeres. En el deporte hay situaciones difíciles de explicar. Veamos este ejemplo relacionado: unos minutos después de que Hellen Stephen, de EU, ganó la medalla de oro en los 100 m lisos en los Juegos Olímpicos de Berlín, le expresan con delicadeza que hay un periodista polonés y la campeona olímpica de Los Ángeles 1932, la polonesa Stanislawa Walasiewicz, la acusan de ser hombre. Se lo dicen en una sala donde hay varios dirigentes y jueces del atletismo. Es agosto de 1936. De súbito, Hellen se levanta la falda, se quita las bragas y dice: “Mírenme, soy mujer”. La historia no acabó ahí. El 4 de diciembre de 1980  Walasiewicz muere en tiroteo en Cleveland. La autopsia revela que es hombre. No obstante, los hechos, Walasiewicz aparece como ganadora en el Wallechinsky, la Biblia del deporte.

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